No hay otra manera de contar esto más que con la verdad.
Con la que creo es la verdad.
Durante años escapé de aceptar que los hechos que suceden a mi alrededor no siempre se corresponden a mi vida, o a lo que me pasa.
No soy el centro del mundo, por más que use traje y con el peinado correcto.
¿Y quién tiene la verdad sobre esto? No sé.
¿Y tú?
Muchos de esos acontecimientos no tienen nada que ver contigo, ni siquiera existieron, peor todavía.
Nacieron de tu imaginación.
Mi mamá se arreglaba cada vez que salía de su casa, no importa donde iba, sus labios siempre rojos, el pelo elevado manteniendo la figura construida durante minutos, y bien pulido por un cepillo blanco grande, enorme diría, según mis recuerdos.
Siempre tienes que salir bien arreglado, decía.
Sin embargo, no le interesaba aparentar, pero estar bien vestido y presentable era algo sagrado.
Hoy entiendo esa costumbre, porque la conozco, aprendí a darme cuenta de lo que le importaba en realidad, claro que tenía errores, pero no se arreglaba para que la gente dijera lo linda que era o si tenía dinero.
No tenía intenciones de andar mostrando algo que no era.
Sin embargo, no recuerdo en qué momento caí en la servidumbre de andar pensando que el mundo me miraba y juzgaba todo el tiempo, esto me recuerda otra frase, «nadie te mira Miguel, seguí con tu vida».
En nombre de las apariencias dejas de quererte, te olvidas de lo importante que puedes ser para ti.
No te das cuenta que piensas en el qué dirán, pierdes tiempo valioso para acariciar tu corazón y decirte lo bueno que eres.
Y si tú no te das cuenta, cómo esperas que los demás lo hagan.
Ellos tienen sus historias con las que lidiar todos los días.
Nadie te mira, aprovecha y comienza a verte tú.
Quise escribir esto porque hace unos días, en una charla con mi esposa llegué a la conclusión que el cambio completo de mi web se debe a que por fín reconozco que mostrarme como soy no es malo, para nada, es lo mejor.
Me deja más liviano.
Aunque esto como coach ya lo sabía, me costaba arrancar.
Tengo amigos que dicen «yo soy así y siempre me muestro de la misma manera, al que le gusta bien».
Hoy tengo la certeza de que muchos no saben lo que dicen, como yo, prefieren esconderlo.
Hasta hace un tiempo, pensaba lo mismo, y estaba convencido de que hacía las cosas para bien.
Para ayudar a los demás, para meterme en tantos líos que no me pertenecían, para llamar la atención sin necesidad y por vanidad, así es, por vanidad.
Hoy lo digo con todas las letras: vanidad.
Y no me preocupa, me interesa, claro que me interesa, pero no afecta mi ego.
Por eso en mi web digo «despéinate de una vez» y lo voy a repetir por todos lados, aquí y donde sea, hasta el cansancio.
Es lo que tienes que hacer, yo lo hice y no me pasó nada.
Dejar que tu pelo vuele, si es que lo tienes todavía, caso contrario, ahorras en peines y listo.
Yo hace años dejé de usarlo. Mi pelo feliz que nadie lo moleste.
No te imaginas el poder que tienes para reconocerte como una persona con sentimientos simples y sin tantas ceremonias, hasta lo conviertes en algo tan noble porque es tuyo.
¿Entiendes lo que quiero decir cuando digo «despéinate»?
Es hora de liberarte de las apariencias.
Trabajo con personas de más de cincuenta años, por dos motivos.
Uno, es posible que ya no sabes qué hacer con algún hijo que tiene edad suficiente para dedicarse por sí solo a su vida y no arranca, siempre hablo por experiencia propia.
Y lo otro, porque a esta altura, el dinero que tienes lo puedes invertir conmigo buscando una mejor alternativa para dejar de «peinarte» tanto frente al espejo y salir a mostrarte tal cuál eres.
Y agrego algo más, ya pasé por tantos problemas que alguno podría coincidir con los tuyos.
Pero eso no tiene tanta importancia, lo que interesa es que todo tiene que ver con las emociones que generan pensamientos tóxicos que anulan tu capacidad de tomar acción.
Todo esto lo repiten por todos lados en internet, una y otra vez.
La suerte que tienes ahora es la experiencia de alguien que vivió más de cincuenta años y que tiene las herramientas adecuadas para ayudarte.
Despéinate, asústate, asómbrate, anímate, todo por un solo objetivo: hacer de tu corazón un lugar más feliz.
Es mucho más de lo que hasta ahora hiciste con tu vida. Esconder sentimientos para que la gente no te vea débil.
Es hora de dejar ese escudo, el mundo te va a apreciar y hasta es posible que muchos quieran imitarte.
Según el diccionario, «despeinar» es deshacer el peinado.
Todo lo que hiciste hasta ahora puede hacerse de otra manera.
Tienes tiempo.
Tenemos tiempo, te voy a ayudar a deshacer lo que sea que te atormente.
Espanta el vicio de querer aparentar lo que no eres.
Aquí va la pregunta del final
¿Quieres despeinarte o prefieres seguir parado frente al espejo hasta que te hable ?
Cuéntame, yo sé que quieres, pero necesito que lo digas.
Cuando lo haces comienzas a andar un camino sin retorno y más feliz.
Escribe tu respuesta y mándame, es una forma de comenzar.
Contesto todo lo que llega a mi correo.
Si sabes de alguien que necesite una orientación de este tipo invítalo a mi sitio web, te agradezco de corazón.